Crimea, 1941, Asalto al Muro Tártaro (III y final).

 

                Era necesario atacar, expulsar a los alemanes de Armyansk y sellar la penetración, y por ello, dado que no había artillería, los hombres del Grupo Batov fueron enviados al ataque sin apoyo. Inicialmente tuvieron éxito, y para las 14.00 horas habían expulsado de la ciudad a los hombres del 213 IR del Oberstleutnant Hitzfeld, pero tampoco los alemanes podían permitirse ser expulsados. Aquella batalla había costado ya cantidades ingentes de sangre, y la única manera de terminarla iba a ser empeñar más vidas en la tarea.

Magnífica foto de dos combatientes alemanes, tomada en Crimea, según la leyenda de la misma.

                Durante la tarde Hansen envió al combate un kampfgruppe de la 50 ID, recién llegada de Odessa, que a su vez expulsó de Armyansk a los hombres del Grupo Batov. Al anochecer los soviéticos se agarraban al extremo este del muro, y la STAVKA, el alto mando del Ejército Rojo, estaba furioso con el resultado; pero los alemanes habían perdido 600 hombres.

                El alba del día 27 vio a los soviéticos atacando de nuevo y recuperando casi toda la ciudad de Armyansk durante la mañana, pero los alemanes consiguieron agarrarse a una fábrica de ladrillos en el extremo norte. La batalla por esta posición duró toda la jornada. Allí la resistencia germana compró tiempo para que los ingenieros del 173 batallón construyeran, bajo un constante fuego de artillería y al precio de más de cien bajas, un puente de 16 toneladas sobre el foso anticarro del muro tártaro por el que pronto empezaron a pasar los Stug III de la 3.ª compañía del Stug-Abt 190.

Más al sur, ya en el interior de Crimea, tropas alemanas atacando Simferopol.

                El apoyo de estos blindados fue providencial pues gracias a ellos el kampfgruppe de la 50 ID recuperaría Armyansk al final de la jornada.

                Sin embargo, como si de la campaña del Norte de África se tratara, las tornas cambiaron de nuevo el 28 por la mañana, cuando los soviéticos recuperaron una vez más la ciudad y algunos T-34 consiguieron incluso alcanzar el muro tártaro. Pero fue un logro efímero pues tras este último golpe de efecto Batov se había quedado sin reservas. A las 18.35 horas informó de ello a Moscú, lo que causó cierto enfado pero no la milagrosa llegada de más tropas; y unas pocas horas más tarde los soviéticos perdían de nuevo la localidad de Armyansk. Finalmente, la STAVKA dio permiso al mando sobre el terreno para que se retirara hacia Ishun. Los alemanes habían cruzado el muro tártaro.

Y más allá, el Mar Negro. Aquí podemos ver al Mariscal Antonescu visitando a las tropas rumanas, que pronto intervendrían en gran cantidad en los combates por Crimea.

                Sin embargo las bajas habían sido elevadas. En aquellos cinco duros días de combate los alemanes habían perdido más de 2.600 hombres, de los cuales 746 solo en el 213 IR de Hitzfeld; así como 13 piezas de artillería y 12 cañones contracarro de 37mm; quedando las dos divisiones empeñadas en la batalla muy seriamente machacadas. Es difícil, por otro lado, conocer las bajas sufridas por los defensores, pero los germanos informaron de la captura de unos 10 000 prisioneros, 32 carros de combate, 68 piezas de artillería, 43 contracarro y 88 morteros. La 156.ª y la 271.ª divisiones de fusileros habían sido aniquiladas por completo.

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