Tras haber sido “liberada” del yugo soviético, y mientras los alemanes luchaban por conquistar Leningrado, no muy lejos de sus fronteras, tal y como vimos en entradas anteriores, Estonia, intentaba obtener un mínimo de autogobierno, cosa que los alemanes no estaban dispuestos a permitir.
Tras haber nombrado a Hjalmar Mäe primer director provincial en septiembre, a finales de 1941 el país pasó a depender del Ministerio del Reich para los Territorios Ocupados en el Este, y quedó integrado en el Comisariado del Reich Ostland como Distrito General de Estonia, bajo la dirección del SA-Obergruppenführer Karl Litzmann, quien enseguida consiguió tener una relación cordial con Mäe. En lo que a la población se refiere, se mostraron muy reacios a las ideas nacionalsocialistas y su principal preocupación era la vuelta de la clase terrateniente de origen alemán y la creación de grandes latifundios que dominaran el sector agrícola. El hecho de que los alemanes no hubieran disuelto algunos Koljozes y repartido la tierra entre los más desfavorecidos, les hacía temer lo peor. Los informes de la seguridad alemana, por otro lado, manifiestan un sentimiento de indiferencia en la población y una elevada tasa de anglofilia.
En lo que a las unidades militares se refiere, los seis departamentos de seguridad fueron combinados en tres batallones de tropas del este (estonias), que combatieron en el frente del Voljov durante el invierno mostrando un temple extraordinario. Esto llevó a que el 28 de agosto de 1942 se anunciara la creación de una Legión Estonia en las SS. Esta unidad, que inicialmente fue un regimiento de infantería motorizada, se convertiría en brigada en mayo de 1943. A finales de ese año combatía en la zona del Nevel, ejecutando misiones antipartisanas en la retaguardia del Heeresgruppe Nord. Lo bueno es que al menos estaban combatiendo cerca de casa, no todos tuvieron esa suerte.
La Legión Estonia no fue la única unidad compuesta con gente de este país que combatió en las SS. También hubo un Batallón Independiente Narva, integrado en la División SS Wiking a partir de treinta y tres voluntarios iniciales a los que, dada la falta de entusiasmo de la población por ir a luchar lejos de casa, se añadieron forzosamente hombres que servían en la policía de seguridad estonia y en la policía auxiliar alemana. Esta unidad, que fue enviada a Ucrania con el resto de la división, iba a sufrir bajas muy elevadas en los combates por la bolsa de Cherkassy.
Entretanto, el fracaso ante Leningrado y las victorias soviéticas en el invierno de 1942 a 1943, básicamente el cerco y destrucción del Sexto Ejército en Stalingrado, habían obligado a los alemanes a buscar refuerzos en cualquier parte, por lo que en Estonia se decretó la movilización general, pero como el Gobierno alemán no tenía la más mínima intención de conceder más autogobierno al país, hubo que camuflarla. Así, a los reclutas se les propusieron tres opciones: integrarse en la Legión de las SS, que como ya hemos indicado acabaría por convertirse en una brigada, unirse a unidades auxiliares de la Wehrmacht o marcharse a trabajar a las fábricas alemanas. Desde el punto de vista alemán el reclutamiento fue un éxito pues de las quintas llamadas a filas, todos los nacidos entre 1919 y 1924, se presentaron el 85 %. 5300 de ellos fueron enviados a la Legión SS y otros 6800 a la Wehrmacht. Como el resultado había sido bueno, los alemanes decidieron no enviar a nadie a hacer trabajos forzados en el Reich.
Pues si, que se presentaran el 85% de los llamados a filas puede considerarse todo un éxito. ¿Qué población tenía entonces Estonia?