A partir de hoy el papel de Serbia en la crisis se va a ir reduciendo casi hasta desaparecer, para ser sustituido por otros dos de los protagonistas: Francia y Alemania, en cuyas manos parece estar la europeización del conflicto balcánico.
En POTSDAM, y para disgusto de Bethmann-Holweg, que prefería dar sensación de calma, el Kaiser ha vuelto por adelantado de su crucero por el Báltico.
Y en el BÁLTICO, precisamente, a bordo del acorazado “La France”, Raymond Poincaré, Presidente de la República francesa, también decide acelerar su retorno a Francia.
Hay que explicar que a pesar de la crisis el Presidente francés había decidido mantener su agenda de visitas diplomáticas: Suecia, Dinamarca y Noruega. La visita a Estocolmo se ha celebrado sin problemas, pero tras la vuelta del Kaiser a Alemania el barco se ve inundado de telegramas que exigen su vuelta a casa lo antes posible, así que cancela sus visitas a Copenhague y Oslo y ordena a la tripulación que se dirija directamente a Dunkerque.
Mientras tanto, el Primer Ministro Viviani, a quien ya hemos visto perder la compostura durante la visita a San Petersburgo, parece cada vez más preocupado y presa de ideas más y más contradictorias. Para animarlo, Poincaré le enseña un telegrama de Lord Grey en el que se indica (equivocadamente) que si estalla una guerra en los Balcanes, Inglaterra no se mantendrá inactiva. “La debilidad es… -explica Poincaré- siempre la madre de las complicaciones”. Sin embargo Viviani no consigue calmar sus nervios, ni dejar de murmurar frases inquietantes que muestran claramente su deprimida visión de los asuntos de política exterior. El loco parece el único hombre cuerdo en toda esta historia.
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Viene de: 27 de julio, durante la jornada. Informes y Medidas.
Sigue en: 28 de julio, a primera hora. La Inocencia del Kaiser.