Tras recibir el informe de su embajador, Lord Grey, que en este momento no está interesado en acusar recibo de los movimientos militares rusos para poder seguir actuando sin presiones, deja a Buchanan sin instrucciones con respecto a si debe seguir los acontecimientos o no; y en consecuencia el embajador tampoco hace indagaciones.
Mientras Grey contemporiza, el Conde Karl Max Lichnowsky, embajador austríaco en LONDRES, se reúne con el Subsecretario de Asuntos Exteriores Sir Arthur Nicolson, llevándole un telegrama de su gobierno en el que se le informa de que Rusia parece estar llamando a determinadas quintas de reservistas, es decir, está movilizando.
Tras indicar que Londres no tiene noticia de movilización rusa de ninguna clase (¿habrá llegado el telegrama de Buchanan? Probablemente no), añade: “Sería difícil y delicado para nosotros, sin embargo, pedir a San Petersburgo que no movilizara en absoluto cuando Austria está contemplando la medida; podrían no hacernos caso”. Para Londres, lo fundamental es evitar operaciones militares activas. Esta afirmación es injusta, pues pone en el mismo lugar a Austria-Hungría, que solo se está preparando para luchar contra Serbia; y Rusia, que, por la información que recorre Europa, bien podría estar preparando una movilización tanto contra Viena como contra Berlín.
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Viene de: 26 de julio, durante la jornada. Reacciones a una Supuesta Movilización Rusa.
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