¿Qué pasa cuando una flotilla de buques de guerra se hace a la mar y en cuestión de días su país está sucumbiendo al enemigo, sus bases navales empiezan abandonadas y cesa toda comunicación?
Como cinco huérfanos, los submarinos Sep, Zbik, Rys, Wilk, y Orzel, se habían visto abocados a un mundo hostil, enteramente a su suerte, sin ningún sitio a donde ir, y menos a casa. Su hogar era Polonia y, bajo la aplastante marea de la blitzkrieg alemana, estaba desapareciendo. Los cinco submarinos de la marina polaca habían logrado escapar de su base en Gdynia en el Golfo de Gdansk después de qué este fuera bombardeado por bombarderos en picado alemanes el mismo 1 de septiembre de 1939 al inicio de la contienda.