A pesar de la terrible prueba que había supuesto recorrer 192 km en 75 horas, llegar a Atlanta solo significó, para los hombres del 2.º Batallón del 506.º Regimiento de paracaidistas, que se daba por terminada la primera fase de su instrucción y que empezaba una nueva, esta vez acantonados en Fort Benning, donde iban a quedarse desde aquel mes de diciembre hasta marzo de 1943.
A primera vista, el panorama no era mejor que en Camp Toccoa: su alojamiento será en incómodos barracones de madera, instalados sobre un terreno arenoso donde los pies parecen pesar más de lo que obligan las botas, pero todo tiene una recompensa. Para los que han superado las pruebas tendidas hasta entonces, va a empezar por fin el entrenamiento de saltos. En una época tan temprana, experimental podríamos decir, saltar en paracaídas no era una cuestión menor, por lo cual el proceso de formación constará de cuatro fases: