Afganistán 2002, una guerra de comunicaciones.

La próxima semana nos haremos eco de la salida a la venta del número 14 de la revista Desperta Ferro Historia Contemporánea, dedicado a la campaña de la Coalición en Afganistán a finales de 2001 y principios de 2002; sin embargo, no nos resistimos a traer un interesantísimo testimonio, el del general de brigada Caslen, ligeramente posterior a dicha campaña, que como sabemos acabó en victoria, o eso se pensó entonces, ya que hoy la situación se ha complicado enormemente, y los talibán vuelven a ser un factor a tener en cuenta.

Tropas estadounidenses en Afganistán, 2002. Ganarse a la gente iba a ser lo más difícil.

“Primero fue Tora Bora, luego fue Anaconda. Ellos [Los talibán y Al Qaeda] se quedaron sin refugios seguros, de modo que se distribuyeron por Afganistán o cruzaron a Pakistán. A partir de entonces, los que quedaron empezaron a cruzar esa misma frontera en ambas direcciones. En cuanto a lo que hacíamos, no lo llamábamos contrainsurgencia. Lo veíamos como la típica misión de búsqueda y ataque. Vas y encuentras el enemigo, lo acorralas y luego lo matas. A la vez, estás trabajando con la población […].

Llevamos a cabo un raid contra Osmani, que era el comandante en jefe de un Cuerpo de tropas talibán. Habíamos llevado a cabo la acción el jueves, todos estábamos felicitándonos de haber matado a aquel tipo, teníamos fotos de ello, y todo eso, y era idéntico a él. El domingo, el general McNeil, que iba a convertirse en el comandante de la Joint Task Force 180, vino e hizo una inspección previa de la zona en la que se desplegaría su unidad. Aprovechando que estaba allí, el general Hagenbeck [comandante en jefe de la 10.ª División de Montaña], lo llevó a Kabul para que se encontrara con Karzai [Hamid Karzai, gobernante interino del país].

El general Hagenbeck

Entramos en su oficina. Allí estamos, Hagenbeck, McNeill, yo y Karzai. Hagenbeck se llevaba bien con él, y acabamos de liquidar a ese tipo, el jueves, en la zona de Kandahar [el narrador considera que todo deberían ser parabienes]. En ese momento, Karzai se dirige a Hagenbeck y le espeta: “¿Para qué fuisteis allí y matasteis a ese anciano? ¿Por qué tirasteis a esa niña al pozo y la ahogasteis? ¿Por qué vuestros hombres metieron a todas las mujeres que vivían en aquel lugar en una habitación y empezaron a toquetearlas? ¿Qué estáis haciendo? Allí teníamos al presidente del país arremetiendo contra nosotros, lo que demuestra que nuestras comunicaciones estratégicas eran inefectivas, no solo con los líderes afganos, sino también con el pueblo.

Base americana en Bagram, al norte de Kabul. Pronto se convirtieron en pequeñas ciudades.

No había sucedido nada de eso. Había sido un raid de operaciones especiales. Fueron allí y dieron con un par de tipos malos, así que les dispararon. Atraparon a ese tipo, se resistió, le dispararon y se volvieron. Solo que resultó que no era Osmani, era otra persona, aunque seguía siendo un enemigo, y todas las acusaciones que habían llegado hasta Karzai eran falsas. Está claro que en este asunto, [los afganos] habían fomentado su propia versión de la historia, que había llegado hasta Karzai, independientemente de lo que habíamos hecho en realidad, y de que pensáramos que lo que habíamos hecho estaba muy bien.

Vista aérea de Kandahar, capital del régimen talibán.

Habíamos pensado que Karzai iba a estar contento de que hubiéramos matado a ese jefe de cuerpo talibán, pero la historia era totalmente diferente. Entonces nos dimos cuenta de que no se puede ejecutar una guerra de movimiento contra este tipo de enemigos y este tipo de gente, y que íbamos a tener que conectar con el pueblo [afgano]. Así que empezamos a cambiar el modo en que ejecutábamos la guerra, y ahora, si vamos a llevar a cabo un raid, después traemos una unidad de relaciones públicas que no solo se lo comunicará a la gente, sino también a la prensa y a otros organismos similares”.

No cabe duda que el que narra el general Caslen iba a ser un grave escollo, y parte de la razón que enajenó a la Coalición la buena voluntad de los afganos.

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