La batalla de Stevensburg y la División Duffie (Brandy Station IV).

 

                Al principio de esta historia habíamos dejado a las avanzadillas del ala izquierda del ataque federal cruzando el río Rappahannock por Kelly´s Ford. Sin embargo, iban a pasar horas antes de que sucediera algo más que una larga serie de errores graves. Para empezar, el plan que había recibido el general de Brigada David McM Gregg, al mando de este ala y de la 3.ª División de caballería, le exigía enviar un regimiento directamente hacia el oeste, hacia Stevensburg, para explorar su flanco izquierdo mientras el resto de su fuerza avanzaba hacia Brandy Station. Sin embargo el decidió ampliar este reconocimiento enviando toda la 2.ª División de caballería. Si sumamos a esta circunstancia que dicha división era la que estaba acampada más lejos del río, y que había recibido órdenes directas del general Pleasonton, al mando del Cuerpo de caballería y por consiguiente de ambas alas, para que avanzara rápidamente, pero ocultándose y llevando consigo su tren de suministros y sus vagones-ambulancia (dos posibilidades ya opuestas de por sí), no es extraño que, a pesar de ponerse en marcha a las 2.00 horas de la mañana, las tropas de Duffie llegaran tarde, y que el ala izquierda no acabara de cruzar el río hasta las 9.00 horas.

El coronel Alfred Duffie, un pintoresco personaje a quien le faltó nervio durante el día de la batalla, aunque en su descargo se puede decir que su división estaba agotada.

                Después, la fuerza se puso en marcha. La agotada 2.ª División en cabeza, con destino a Stevensburg, la 3.ª detrás, hacia la Fredericksburg Plank Road, una carretera en desuso que se dirigía hacia el norte, hasta Brandy Station, más allá de Mountain Run, y la brigada de infantería de Russell directamente hacia el noroeste.

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LA MANIOBRA DEL GENERAL JOHN BUFORD (La Batalla de Brandy Station III)

 

Poco después del desastre que acabamos de narrar, y mientras la infantería se posicionaba en el ala derecha de la linde del bosque con la 1.ª Brigada de caballería (de la 1.ª División) a su izquierda, lista para contener los ataques confederados, Buford decidió que lo mejor era tratar de rodear la posición defensiva enemiga por el oeste. Para ello, agrupó la 2.ª Brigada de caballería, los regimientos de la de reserva que estaban con el grupo principal y el 8.º de Caballería de Illinois (de la 1.ª Brigada) y volvió sobre sus pasos para luego dirigirse hacia las tropas que había desplegado para defender su retaguardia y flanco derechos entre el río Hazel y Rufin Run (arroyo Rufin).

Cañón Blakeley de 3 libras. Importados de Inglaterra a través del bloqueo de la marina unionista, estas piezas fueron un elemento fundamental de la artillería montada confederada.

Casi de un cauce a otro, se extendía un largo muro que separaba las tierras de la granja Cunningham de la granja de Green. Al inicio de las operaciones se habían desplegado allí el 2.º y el 5.º regimientos de caballería (de la brigada de reserva), pero no mucho después lo que era una cómoda posición de defensa en el flanco se había convertido en un punto caliente, pues la zona más allá del muro empezó a llenarse de tiradores confederados. Se trataba de la brigada de “Rooney” Lee, que llegó a este sector entre las 6.30 y las 7.00 horas. Cuando, más adelante, Buford se presentó ante esta posición con las tropas que traía para rodear el flanco confederado, se encontró con la desagradable sorpresa de que era el suyo propio el que había estado a punto de ser rodeado, cosa que no había sucedido gracias a la valiente defensa efectuada por los regimientos antedichos, que ya se estaban quedando sin munición.

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 LA BATALLA EN BEVERLY FORD ROAD. (Brandy Station, 2.ª parte).

 

 Aquella mañana la niebla era densa en torno al vado de Beverly, y en consecuencia no se veía gran cosa, pero los sonidos que hacían los hombres del ala derecha federal acercándose al paso fueron advertencia suficiente para los dos hombres destacados junto al río, que dieron la alerta disparando sus pistolas y marcharon a reunirse con el resto del destacamento de 30 hombres del 6.º de Caballería de Virginia del que formaban parte. Los primeros federales que se acercaron al río fueron los jinetes del 8.º de Caballería de Nueva York, que fueron recibidos por el fuego de los virginianos, tan solo un par de descargas, pues inmediatamente después el destacamento se retiró para ir a dar la alerta.

Combate de caballería durante la guerra civil americana. La persecución del piquete confederado pudo ser muy parecido a esta escena.

Dicho esto, ha llegado el momento de interesarnos por la artillería montada confederada, cuya ubicación no quisimos desvelar anteriormente, pues van a ser los segundos protagonistas de nuestra historia. Sin duda Stuart debió haber situado patrullas al norte de Rappahannock, que le habrían advertido con mucha más anterioridad de la llegada del enemigo, pero lo que fue un error mayúsculo, que solo se justifica porque pensaba ponerse en marcha al día siguiente, fue acampar a dicha artillería en vanguardia, bajo los árboles de un bosque no lejano al vado por la carretera. El sonido de las balas zumbando sobre sus cabezas y la galopada de los 30 hombres de la caballería de Virginia provenientes del vado fueron el primer aviso de que algo iba mal. Fue una auténtica suerte que, detectando más presencia enemiga, los perseguidores del Regimiento de Nueva York se detuvieran. De haber sabido que frente a ellos solo se hallaban los sorprendidos 500 hombres del comandante Robert F. Beckham, habrían podido hacerse con los 20 cañones en un santiamén.

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9 de Junio de 1863, la Batalla de Brandy Station (I).

                Estamos a 5 de junio de 1863. Los sables brillan, suenan cornetas y tambores, las bandas de música interpretan tonadas patrióticas y los oficiales ladran sus secas órdenes mientras los regimientos de caballería se lanzan a la carga… pero no se trata de un día de guerra, sino de un día de fiesta. Mientras el Ejército de Virginia del Norte, comandado por Robert E. Lee, ha iniciado sus desplazamientos hacia el valle de Shenandoah y hacia la batalla de Gettysburg, el flamante Cuerpo de caballería confederado de James Ewell Brown (JEB) Stuart está celebrando una impresionante revista pública. Oficiales del ejército y altos cargos civiles felicitan al flamígero general, el público de las localidades cercanas aplaude a sus defensores, sin embargo, a Stuart le falta alguien, le falta su comandante en jefe, que tal vez se encuentra demasiado ocupado dirigiendo una guerra como para asistir al espectáculo. Lee no vendrá hasta el día 8, cuando se celebre una nueva revista, esta vez sí, con el general en jefe presente. Sin embargo cabe preguntarse si Lee había acudido a Culpeper Court House para ver desfilar a sus jinetes, o para dar órdenes; Stuart debe partir hacia el norte al día siguiente, cruzando el río Rapahannock, para cubrir y ocultar el avance confederado hacia Pennsylvania.

La gran revista del 5 de junio (por Mort Künstler)

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Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (VII): Otros grandes navíos.

IV.- GRANDES NAVIOS DE TODO TIPO.

            Además de todas las naves descritas, no podemos terminar este resumido reportaje sin hablar de los grandes barcos que, si bien no participaron nunca en los combates, llevaron a cabo importantísimas labores de apoyo.

            En primer lugar citaremos los transportes de tropas (clasificados con las siglas AP), a menudos barcos de pasajeros transoceánicos reconvertidos, y los cargueros (AK), barcos mercantes de preguerra, modificados para el transporte de pertrechos, especialmente vehículos y cañones. Estos buques nunca tuvieron como cometido, salvo alguna excepción, el transporte de tropas o pertrechos hasta territorio enemigo. Tan sólo se dedicaban al transporte entre puertos controlados. Eran una parte elemental de las líneas de comunicaciones y suministro.

La flota aliada frente a Normandía.

            Derivados de estas dos clases de buques evolucionaron los transportes de ataque (APA) y los cargueros de ataque (AKA). En muchas ocasiones fueron buques tipo AP o AK reconvertidos. La misión de estos buques sería llevar tropas y pertrechos hasta las cercanías de una playa de invasión. En su diseño se incluían un significativo armamento antiaéreo, y además la capacidad para cargar lanchas de desembarco, así como para permitir el transbordo de tropas y pertrechos, en alta mar, desde su interior a las dichas lanchas.

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Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (IV): Las lanchas de transporte de carros de combate.

Hasta ahora nos hemos referido exclusivamente a naves diseñadas para transportar a la infantería, y ahora toca referirnos a las que fueron diseñadas para llevar carros de combate y vehículos hacia las playas de desembarco.

II.- TRANSPORTES DE CARROS DE COMBATE Y VEHICULOS

II.1.- Pequeñas Lanchas

            Obviamente, salvo en escasas ocasiones y para misiones muy específicas, como fueron algunas acciones de comando, la infantería no desembarcaba sola.

LCM, lancha de desembarco para vehículos, en este caso fotografiada con un camión a bordo. No eran excesivamente grandes.

            El primer prototipo para transporte de vehículos fue construido en 1926 por los astilleros White de Cowes. Aquella lancha era bastante grande pues pesaba más de 18 toneladas, y tenía algunos defectos, como la altura de la rampa. Entre sus virtudes sin embargo contaba con una propulsión hidrojet que evitaba problemas con la hélice a la hora de embarrancar, pues no tenía. La idea se mantuvo, y un nuevo prototipo se fabricó en 1929, el MLC 10, del que varios ejemplares llegaron a participar en las operaciones en torno a Narvik. Sin embargo el ingenio definitivo se diseñó y se empezó a fabricar en 1938, paralelamente a la LCA. Se tratará de la LCM Mk1 (Landing Craft Mechanized, Mark 1, que se traduce al castellano como Lancha de Desembarco de Mecanizados, modelo 1). 

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Testimonios. Un combatiente alemán en el monasterio.

¿Se vieron privados los alemanes de su puesto de observación a raíz del bombardeo de la abadía de Cassino? Independientemente de si lo habían ocupado antes o no, lo cierto es que posteriormente si se instalaron en las ruinas. El Paracaidista Robert Frettlöhr, de la 15.ª Compañía del 4.º Regimiento de la 1.ª División de paracaidistas, narra su experiencia de los combates posteriores al bombardeo.

Robert Frettlöhr, durante la guerra.

El 4.º Regimiento estaba en reserva cuando, en febrero, fue bombardeado el monasterio. Y luego, el 15 de marzo, le tocó el turno a Cassino: 775 bombarderos soltaron 1.376 toneladas de bombas; recuerdo haberlos visto pasar, oleada tras oleada. Había cientos. Era la primera vez que un bombardeo semejante caía sobre el frente.

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