Se ha de remarcar que el Decreto del 4 de Mayo se apoyaba en gran medida en las quejas expuestas por los realistas en “El Manifiesto de los Persas”, basándose en éste el rey para suprimir definitivamente la labor de las Cortes de Cádiz basándose en la ilegalidad de estas.
Así lo expresa Fernando VII en su Decreto: “Con esto quedó todo a la disposición de las Cortes : las quales en el mismo día de su instalación , y por principio de sus actas , me despojaron de la soberanía , poco antes reconocida por los mismos Diputados, atribuyéndola nominalmente a la nación para apropiársela así ellos mismos, y dar a este después, sobre tal usurpación, las leyes que quisieron, imponiéndole el yugo de que forzosamente las recibiese en una nueva Constitución, que sin poder de provincia, pueblo ni Junta y sin noticia de las que se decían representadas por los suplentes de España e Indias, establecieron los Diputados, y ellos mismos sancionaron y publicaron en 1812.