Continuamos hoy con las memorias de general Guderian y la cuestión del alto de los panzer en Dunkerque:
En mi puesto de mando hizo acto de presencia aquel día el general von Wietersheim par disponer el relevo del XIX Cuerpo de Ejército por el XIV Cuerpo de Ejército. La división más avanzada de este último, la 20.ª División de Infantería Motorizada, quedó a mis órdenes y situada a la derecha, junto al Regimiento Leibstandarte «Adolf Hitler».
«La funesta orden de ‘¡alto!’ del Hitler». Así titula Guderian el subepigrafe de sus memorias dedicado a la para de los panzer ante Dunkerque.
En estos días hubo una injerencia del mando supremo en las operaciones que hubo de influir del modo más perjudicial en el curso total de la guerra. Hitler detuvo el ala izquierda del Ejército en el Aa. El paso del río fue prohibido. No se dio a conocer el porqué. La orden contenía la frase: «Dunkerque se deja a cargo de la aviación. Si la conquista de Calais tropieza con dificultades, se deja también a cargo de la aviación».
A no ser que ocurra un milagro a nuestro favor, en los próximos días habremos perdido prácticamente todos nuestros soldados entrenados.
General Sir Edmund Ironside, Jefe del Estado Mayor General Imperial británico, 25 de Mayo de 1940
I.- ANTECEDENTES DE LA ORDEN DE ALTO (de los Panzer)
El 24 de mayo, los alemanes habían avanzado hasta llegar a quince kilómetros de Dunkerque, el único puerto del Canal que aún estaba en manos de los aliados. Aquel día, sus elementos de vanguardia ya habían cruzado el Canal del Aa, que era el último obstáculo natural y no había tropas enemigas de entidad posicionadas entre los panzer alemanes y Dunkerque de modo que solo era cuestión de una pocas horas para que la última salida quedara cerrada y alrededor de un millón de soldados británicos, franceses y belgas quedaran atrapados en la trampa.
Adolf Galland está considerado por muchos como el más grande Experten de todos. Su marca de 104 victorias no era excepcional para los estándares de la Jagdwaffe, incluso aunque las consiguiera todas contra aliados occidentales y en su mayor parte antes de noviembre de 1941, año que trataremos.
Fue una de las grandes personalidades de la Luftwaffe. De natural simpático, le gustaban los placeres de la vida, y volaba el único Bf-109F que tenía instalado un encendedor de puros. Por debajo de la cabina estaba pintado su emblema: Un Mickey Mouse blandiendo un hacha y un revolver. Su visión del combate de caza era:
Al final, por supuesto que sí, pero no tan pronto.
A lo largo del día 30, los alemanes siguieron atacando en todos los frentes, para encontrarse ante una férrea y determinada resistencia francesa. En el sector de Loos la División Marroquí contuvo todos los asaltos; mientras que en Haubourdin la 5ª División de Infantería Nord-Africana, aunque tuvo que retirarse un poco, finalmente solo perdió un centenar de metros. La acción más violenta de la jornada, por otro lado, tuvo lugar en el sector de la 2ª División de Infantería Nord-Africana, donde aunque inicialmente los alemanes consiguieron tomar varios puntos defensivos, estos fueron recuperados mediante varios contraataques, tan furiosos como inesperados. Estos logros, al sur del río, no tuvieron su equivalente al norte de la corriente, donde combatían algunos de los soldados que habían protagonizado el intento de ruptura que ya hemos narrado. Mediante violentos asaltos los germanos consiguieron trocear los núcleos de resistencia sitos en Lambersart y Canteleu, aunque no consiguieron acabar con todos los defensores, y algunos pequeños grupos siguieron combatiendo hasta el día siguiente.
En realidad, el 31 de mayo fue el último día de resistencia en todos los sectores. Los hombres estaban agotados, la munición era cada vez más escasa, y los alemanes no cesaban en sus ataques; y aunque Loos y Haubourdin aún resistían, Canteleu y Lambersart (entre otras localidades) acabaron por caer. Al final de la jornada la situación era tal que el General Molinié aceptó recibir a un parlamentario alemán, y ante la promesa de que se les rendirían honores si capitulaban, el general francés, finalmente, cedió. El cese el fuego tuvo lugar a las 20:00, y la orden de rendición definitiva se emitió a las 00:00 del día 1 de junio.
Pero antes de hablar de resistencia, es necesario evaluar, aunque sea brevemente, el resultado de la batalla de la noche anterior. Volvamos a los recuerdos de Raoul de Lambert.
“¡Pero qué espectáculo atroz se despliega ante nosotros! La calle, cubierta de cadáveres, no es más que una carnicería (las víctimas, particularmente numerosas en torno al punto de fuga, harán que el lugar reciba el nombre de “cruce de la matanza”). El fuego de artillería de la noche ha hecho su trabajo; sobre todo contra los hombres del II/22 [2º Batallón del 22º Regimiento de Tiradores Argelinos, recordamos] y del 40 RANA [40º Regimiento de Artillería Nord-Africano]. Entre ellos nos encontramos con algunos de nuestros camaradas, bañándose en su propia sangre; caballos tirados sobre la espalda, con los cascos al aire, las entrañas desperdigadas a su alrededor. Para bloquear las calles adyacentes, los defensores han hecho barricadas con todo lo que había a su alrededor: automóviles de todo tipo, cocinas rodantes, coches llenos de víveres y equipajes, vehículos con ametralladoras y morteros, avantrenes de cañones de 25. Es un escenario impresionante. De este amontonamiento indescriptible conseguimos despejar, con gran trabajo, un cañón de 25, que arrastramos a mano durante unos 500 metros, pasando por encima de los cadáveres y de la ferralla.”
Si la jornada del 28 había sido de resistencia, la noche iba a ser testigo del último gran intento de ruptura de la bolsa y retirada hacia Dunkerque de las tropas francesas.
Parece que la iniciativa partió del general Dame, al mando de la 2ª División Nord-Africana, recibiendo inmediatamente el respaldo del General Molinie. Una vez tomada la decisión, había dos opciones para ejecutar la salida: o bien concentrar todas las tropas en un único eje, lo que tendría la ventaja de dar más fuerza al ataque, pero tenía en contra tanto la dispersión y parcelación de las unidades cercadas como la posibilidad de que los alemanes se concentraran en un solo punto para cerrar el camino de salida; o bien atacar en varios puntos, desconcertando a los alemanes y aumentando las posibilidades de que, al menos una parte de las tropas, consiguieran escapar hasta la costa.
Finalmente se optó por la segunda opción, se eligieron tres vías y se organizaron tres agrupaciones: una, en torno a la división de Dame, será la principal, que tendrá que cruzar el río por Sequedin y avanzar hasta Armentieres: otra, secundaria, a su izquierda, la protagonizará la 5ª División Nord-Africana, bajo el mando del General Mesny, y la tercera quedó a cargo del General Juin, al frente de la 15ª División Motorizada.
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