Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (IV): Las lanchas de transporte de carros de combate.

Hasta ahora nos hemos referido exclusivamente a naves diseñadas para transportar a la infantería, y ahora toca referirnos a las que fueron diseñadas para llevar carros de combate y vehículos hacia las playas de desembarco.

II.- TRANSPORTES DE CARROS DE COMBATE Y VEHICULOS

II.1.- Pequeñas Lanchas

            Obviamente, salvo en escasas ocasiones y para misiones muy específicas, como fueron algunas acciones de comando, la infantería no desembarcaba sola.

LCM, lancha de desembarco para vehículos, en este caso fotografiada con un camión a bordo. No eran excesivamente grandes.

            El primer prototipo para transporte de vehículos fue construido en 1926 por los astilleros White de Cowes. Aquella lancha era bastante grande pues pesaba más de 18 toneladas, y tenía algunos defectos, como la altura de la rampa. Entre sus virtudes sin embargo contaba con una propulsión hidrojet que evitaba problemas con la hélice a la hora de embarrancar, pues no tenía. La idea se mantuvo, y un nuevo prototipo se fabricó en 1929, el MLC 10, del que varios ejemplares llegaron a participar en las operaciones en torno a Narvik. Sin embargo el ingenio definitivo se diseñó y se empezó a fabricar en 1938, paralelamente a la LCA. Se tratará de la LCM Mk1 (Landing Craft Mechanized, Mark 1, que se traduce al castellano como Lancha de Desembarco de Mecanizados, modelo 1). 

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Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (III): Grandes lanchas y buques oceánicos.

I.2.- Grandes Lanchas.

            Es en abril de 1942 cuando la experiencia en operaciones anfibias, cada vez mas lejos de las bases y cada vez con efectivos mas importantes, hace pensar en que sería bueno disponer de una lancha mas grande, capaz de transportar mayores efectivos a la playa desde mas lejos y en un solo viaje.

Aquí pueden verse perfectamente las dos pasarelas laterales de una LCI (L), y parte de la tropa que podían cargar.

            Siendo una idea británica, su industria no alcanza a diseñar y producir el nuevo modelo a la vez que cumple las nuevas exigencias de guerra, por eso el trabajo se hará en Estados Unidos. El resultado va a ser la LCI (L), siglas de Landing Craft Infantry (Large). En castellano Lancha de Desembarco de Infantería (Grande). Estarán listas a finales de 1942.

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Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (II) Pequeños transportes de personal.

 

I.- TRANSPORTES DE PERSONAL.

I.1.- Pequeñas Lanchas.

La lancha básica de transporte de personal de los británicos fue la LCA (Landing Craft Assault, en castellano Lancha de Desembarco de Asalto).

Empezó su desarrollo en 1938, justo después de la crisis de Munich, cuando la situación en Europa empieza a apuntar directamente hacia una guerra que exigirá a la marina el traslado de tropas a diferentes escenarios continentales. En las especificaciones que se requirieron debía ser capaz de transportar 32 infantes y 5 ingenieros, todo ello con un calado inferior a 50cm.

El modelo que aceptará el almirantazgo será el fabricado por Thornycroft, aunque mejorado por el propio almirantazgo. Una nave baja y silenciosa que sin embargo aguantará muy mal la mar picada, naufragando unas cuantas por este motivo el día D.

La nave, fabricada en madera, ofrece poca protección a sus pasajeros, tan sólo unas láminas de chapa colocadas en los costados, puertas blindadas en popa y un techado sobre las cabezas de los pasajeros, que se sientan a ambos lados. El puesto de pilotaje se hallaba a proa y a estribor.

Esta lancha participará en todos los desembarcos de la guerra, empezando por Narvik en 1940. También, curiosamente, participarán a reembarques, como el de Dunquerke.

La LCA servirá de base a algunas modificaciones curiosas, como una panadería, una lancha limpiadora de obstáculos o una lancha lanzallamas.

LCA de maniobras antes del desembarco de Normandía.

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Lanchas y Buques de Desembarco Anfibio del día D (I)

Recuperamos un viejo proyecto cuya difusión no deja de tener interés en este artículo en varios tramos sobre este tipo de naves, cuya importancia fue inmensa. Hoy haremos una presentación general, y a lo largo de las próximas jornadas iremos desgranando los diversos tipos de naves que fueron empleadas por los ejércitos aliados el 6 de junio de 1944.

Esperamos que lo disfrutéis.

El equipo de Gehm.

 

            El control del mar en la guerra ha tenido, principalmente, dos grandes finalidades en la historia del conflicto bélico: el asalto anfibio y el bloqueo. Los grandes combates navales han sido tan sólo un medio para obtener el control de una zona marítima y asegurar el cumplimiento de estas misiones sin la interferencia de la flota contraria; o impedir que la flota contraria pueda llevar a cabo este tipo de misiones.

            Dentro de este tipo de misiones, la que tuvo lugar el día D fue, obviamente, un desembarco anfibio.

Los asaltos anfibios no son cosa del siglo XX, sino que son muy antiguos. Uno de los primeros de los que se tiene noticia lo protagonizaron las legiones de Julio César, cuando desembarcaron en Britania.

            A lo largo de la historia los desembarcos anfibios fueron operaciones complejas: había que localizar un punto de desembarco, llegar hasta el, llevar las tropas a tierra y establecer una base estable en dicho punto o en otro cercano mejor equipado conquistado posteriormente.

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Agosto de 1944. Von Choltitz en París.

Y tras haber seguido a von Choltitz por dos de las acciones más interesantes de su carrera, sin duda ha llegado el momento de volver al lugar que le abrió las puertas de la Historia. ¿Arderá París?

El Hotel Meurice, en bajo los arcos de la Calle de Rívoli. La plaza de la Concordia está al fondo.

Aquel 23 de agosto de 1944 era sin duda un preocupadísimo Choltitz quien se hallaba en su despacho del Hotel Meurice, en la céntrica Rue de Rivoli, que bordea el lado norte del Palacio del Louvre y se extiende hasta la Plaza de la Concordia; donde se hallaba su Cuartel General. Acababa de recibir una orden directa de su Führer: “Paris no debe caer en manos del enemigo, salvo siendo un montón de escombros”, rezaba. Pero el general no lo tenía tan claro.

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