Desde que Hitler llega al poder, se comienza a desarrollar la industria pesada y la carrera armamentística, saltándose una de las cláusulas del Tratado de Versalles (1919).
Esto dará lugar a que durante los años tres la producción de material militar germano sea imparable. Con tal poder militar, poco a poco se comenzó a un proceso de expansión y anexiones que culminó con el ataque a Polonia. Las tropas alemanas desplegaron un total de un millón y medio de soldados, dos mil setecientos blindados, nueve mil cañones y dos mil trescientos aviones. Sin duda, la combinación de aviones y tanques dieron lugar a una victoria rápida no exenta de heroísmo polaco, como vimos en la anterior entrega.