Sin duda las fuerzas blindadas son uno de los aspectos de la segunda guerra mundial que más interés ha atraído durante años, tanto a nivel historiográfico como de aficionados, sin embargo, lo que queremos traer hoy a colación es precisamente lo inútiles que pudieron llegar a ser, a nivel operacional, el táctico lo dejaremos para más adelante, cuando faltaba la infantería.
En otoño de 1944, en la llanura Húngara al norte y al oeste del río Tisza, se dio una situación que tuvo pocos paralelos a lo largo de la segunda guerra mundial, las fuerzas defensoras alemanas “disfrutaron” de una casi paridad entre divisiones de infantería y blindadas. Esta situación, sin embargo, no fue positiva, tal y como contó en una entrevista el entonces Generalmajor Ludwig Heinrich Gaedcke, Jefe de Estado Mayor del 6. Armee.
“Ya he escrito que en Hungría nuestra carencia de infantería fue la causa de nuestra derrota en la región de la puszta (la llanura húngara). En el campo de batalla propiamente dicho, obtuvimos la victoria repetidamente, si se me permite exagerar ligeramente, pero perdimos la campaña.