Egipto, la Batalla de Buq Buq; heroica resistencia de la artillería italiana.

                Cuando en junio de 1940 Mussolini decidió implicar a su país en la segunda guerra mundial, todas las previsiones eran halagüeñas, incluso demasiado: Alemania estaba a punto de derrotar a Francia, cosa que sucedió unos pocos días después; y el Reino Unido se estaba quedando sin opciones, acorralado en las islas británicas y atrincherado en sus posiciones de ultramar, una de las cuales era Egipto.

Restos de un carro británico hundido en el pantano salado frente a Buq Buq.

                Pocos meses después, en septiembre, el Mariscal Graziani, al mando de las fuerzas italianas en Libia, inició la ofensiva contra el protectorado Egipcio; una ofensiva que no fue más allá de Sidi Barrani. Pasarían meses antes de que volviera a haber movimiento a gran escala en el desierto, más concretamente hasta el 9 de diciembre, cuando las fuerzas británicas desencadenaron la Operación Compass, el contragolpe que debía devolver a los italianos a la frontera (y que al final conseguiría echarlos de Cirenaica).

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Medalla de Honor – Charles E. «Commando» Kelly

El apodo ya lo dice todo de este soldado de infantería, que en el desembarco de Salerno neutralizó a 40 soldados enemigos, varios nidos de ametralladoras y resistió numantinamente en un almacén alemán de municiones llegando a disparar entre otras armas un cañón contracarro de 37mm.

Kelly nació el 23 de septiembre de 1920 en Pittsburgh, en una familia de nueve hermanos. Su padre era herrero y creció en un barrio problemático al norte de la ciudad, donde abandona la escuela a los 14 años. Posteriormente, se alistó en el ejército en mayo de 1942, pero antes de entrar en acción estuvo dos veces en la prisión militar por ausentarse del servicio sin permiso. En el otoño de 1943 era miembro de la Compañía L del 43 Regimiento de Infantería de la 36 División de Infantería. entró en combate por primera vez durante la Operación Avalanche, el asalto anfibio a Salerno en la península italiana, que tuvo lugar el 9 de septiembre de 1943. Una vez en tierra, la división avanzó hacia el interior. Cuatro días después de los desembarcos y una semana antes de su 23 cumpleaños, Kelly se presentó voluntario para arrastrarse por espacio de 3 kilómetros bajo el fuego alemán de morteros y artillería, y la amenaza de francotiradores para explorar una colina ocupada por el enemigo que constituía el próximo objetivo de su batallón.

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Amedeo Guillet y el «Gruppo Bande Amhara»

Nos encontramos en Etiopía, en 1940. El Virrey Amadeo de Saboya ordena a uno de los oficiales que mejor conoce la zona y sus gentes, el capitán Amedeo Guillet, que forme una unidad de caballería con tropas nativas.

En este capitán de caballería italiano encontramos una figura en la que algunos italianos ven su «Lawrence de Arabia». Convertido al Islam, iba a participar con el equipo olímpico italiano de hípica en los juegos olímpicos de Berlín.  Pero irá a España, donde acabará con el rango de mayor al mando de un tabor marroquí.

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Panzer en el Norte de África, tacticas de marcha, defensa y ataque (III/3)

Fase 2:

                Un comandante veterano llevará a cabo, a bordo de un carro  de combate, un cuidadosísimo reconocimiento de la posición de los defensores; para decidir qué zona de la defensa será atacada. En Libia, durante el pasado invierno [se refiere al de 1941 – 42, antes de la segunda ofensiva de Rommel, que lo llevará a la “línea Gazala”], cuando las posiciones defensivas británicas no estaban siempre situadas en terreno alto, todo dependía, en gran medida, de si los alemanes conseguían alcanzar con su fuerza de cobertura una posición a unas 2.000 yardas [1.800 m] del frente británico. En la imagen 5 se asume que los alemanes lo han conseguido y que van a atacar la zona de defensa “B” [croquis 3].

Vehículos de reconocimiento alemanes al frente de una columna.

Fase 3:

                La fuerza de cobertura se desplegará entonces de la siguiente manera: los carros de combate, generalmente del modelo IV, toman posiciones sobre la cresta con el casco a cubierto, y tratan de fijar las defensas con el fuego de sus ametralladoras. Pueden atacar a los cañones contracarro que estén a la vista con sus piezas

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Panzer en el Norte de África, tacticas de marcha, defensa y ataque (II/3)

El 88mm, aunque es un cañón contracarro muy eficiente, se incluye en la “caja “ con el objetivo primordial de proteger a los vehículos no blindados de los ataques aéreos.

                Sobre terreno llano, las distancias entre los diversos elementos que componen las columnas alemanas suelen ser las siguientes [croquis 2]: entre la unidad de reconocimiento y el primer y segundo escalón de carros de combate, entre 5 y 10 millas [8 – 16Km.]; entre los dos primeros escalones de carros de combate, 1 milla [1.600m]; entre el segundo escalón de carros y la “caja”, 2 millas [3,22Km]. Toda la formación es enviada contra un objetivo cuya eventual ocupación obligará al oponente a luchar y, consecuentemente, entrar en combate sobre un terreno elegido por los alemanes.

Croquis 2. Orden de marcha de una columna alemana.

                En terreno normal, cada uno de los elementos de la columna alemana se mueve de una altura a otra, y los diversos escalones de carros de combate son apoyados por artillería de campaña, que se desplaza detrás.

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Panzer en el Norte de África, tacticas de marcha, defensa y ataque (I/3)

                Uno de los elementos fundamentales de la conducción de la guerra es la información; y desde su entrada en la Segunda Guerra Mundial el Servicio de Inteligencia del Ejército Estadounidense se dedicó a recopilar cuanta información podía sobre el ejército alemán para difundirla entre los mandos que entrarían en campaña contra él. El vehículo para esta difusión fue el llamado “Intelligence Bulletin” (boletín de inteligencia), cuyos primeros ejemplares se centraron fundamentalmente en la guerra en el Norte de África, pues durante el año 1942, y el 1943 hasta la conquista de Túnez, fue el único  lugar en que alemanes y aliados occidentales se enfrentaron de forma continuada.

Portada de uno de los boletines de inteligencia. En concreto, el correspondiente a junio de 1943.

                A continuación ofrecemos una interesante descripción de las tácticas de marcha y combate de los carros alemanes, tal y como fue publicada en el “Intelligence Bulletin”, Vol I, nº6 (febrero de 1943), paginas 44 – 51. [Más allá de la traducción, hemos incluido algunas aclaraciones, así como los números de croquis a que se refiere cada explicación. Todos los croquis vienen de la publicación antedicha]

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8 de Diciembre de 1940: Operación Compass en los Cielos de África.

Dijo Winston Churchill que hasta El Alamein todo habían sido derrotas, y que a partir de El Alamein todo fueron victorias. Sin embargo el viejo prócer británico cayó, al menos en esa ocasión, víctima de su propia propaganda, pues aunque no fueron demasiado duraderas las armas británicas si habían obtenido victorias antes de la gran batalla frente a Alejandría. Una de ellas fue la Operación Compass, donde la exigua fuerza del desierto derrotó a los italianos y los expulsó de Cirenaica, embolsándose de paso una cantidad de prisioneros varias veces superior a sus propios efectivos.

                Esta operación comenzó, precisamente, un 8 de diciembre, es decir, tal día como ayer, cuando la 4th Indian Division lanzó su ataque contra los reductos italianos. Fue una operación fascinante, pero para celebrar esta efemérides no vamos a referirnos a la batalla terrestre, sino a las acciones que tuvieron lugar en el aire.

Una bonita foto de un Savoia Marchetti SM-79, que fue el principal avión de bombardeo utilizado por los italianos a finales de 1940.

                En honor a los italianos hay que empezar diciendo que en cuanto empezó la batalla la Regia Aeronáutica se lanzó a ella como un solo hombre, y tal fue su ímpetu que el primero en derribar un aparato enemigo fue un italiano, el Teniente Guglielmo Chiarini, de la 366ª Squadriglia, que derribó un Blenheim al sureste de Alama Rabia, obteniendo su quinta victoria. Acababa de convertirse en un as. Sin embargo se vio superado poco después por otro compañero, el Subteniente Giulio Torresi, que derribó otros dos Blenheims, uno que fue a estrellarse sobre el mar y otro que tuvo que hacer un aterrizaje forzoso; con aquellas victorias, números cinco y seis se convertía en el campeón italiano de los cielos.

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