Cinco minutos antes de que cumpla el plazo dado por Austria-Hungría, el Gobierno Serbio le entrega la siguiente respuesta al Ultimátum:
El Real Gobierno ha recibido la comunicación del Gobierno Imperial y Real del día 23 y está convencido de que su respuesta disipará cualquier malentendido que amenace con destruir las amistosas relaciones de vecindad entre la monarquía Austríaca y el reino de Serbia.
Al Real Gobierno le consta que en ningún sitio se han producido nuevas protestas contra la gran Monarquía vecina como las que en su momento se expresaron en el Skuptschina, o en las declaraciones y acciones de los representantes responsables de aquel tiempo, y que finalizaron con la declaración serbia de 31 de marzo de 1909; además, desde esa época ni las diferentes corporaciones del reino, ni los oficiales y cargos han hecho intento alguno de alterar la condición política y judicial creada en Bosnia Herzegovina. El Real Gobierno declara que el Gobierno Imperial y Real no ha realizado ninguna protesta en este sentido excepto por el caso de un libro de texto, respecto del que el Gobierno Imperial y Real ha recibido una explicación enteramente satisfactoria. Durante la época de la crisis de los Balcanes Serbia ha dado en numerosas ocasiones pruebas de su política pacífica y moderada, siendo esta paz preservada por los sacrificios de Serbia en pos del interés de la paz en Europa.