VIENA. El Conde Berchtold, furioso por las filtraciones conocidas el día anterior, acusa a los alemanes de haber comprometido su estrategia de actuación por sorpresa, y cierra todos los canales de comunicación con Berlín. A partir de ahora los alemanes ya no van a estar más informados de los contenidos del ultimátum que los países de la entente.
BERLÍN. Gottlieb von Jagow, Secretario de Estado Alemán, informa a su embajador en Roma de la intención austríaca de presentar un ultimátum a Serbia. Este, a su vez, pasa la información a Antonino Paternò San Giuliano, Marqués di Castello y Ministro de Asuntos Exteriores de Italia. El gesto no debe llamarnos la atención, pues si bien la nación mediterránea acabaría entrando en guerra contra Alemania y Austria-Hungría, en ese momento los tres países eran aliados.
BELGRADO, nos halamos en el despacho del Barón Giesl, el embajador austríaco, quien se halla reunido nada menos que con el también Barón Nikolai Hartwig, embajador ruso y principal defensor del paneslavismo serbio con el apoyo de San Petersburgo. Podría incluso decirse que parte de la agitación serbia es culpa suya, o gracias a él. Ambos hombres se han reunido en hora tan tardía para solventar algunos equívocos, como la fiesta celebrada por Hartwig la misma noche del asesinato, o el hecho de que la legación rusa fuera la única que no tenía la bandera a media asta el día del funeral. Hartwig se disculpa, Giesl acepta.
Justo en este momento Hartwig se pone a hablar en defensa de Serbia, pero apenas ha pronunciado unas palabras cuando parece perder el conocimiento y cae deslizándose lentamente de la silla en la que estaba sentado.
SAN PETERSBURGO. Tras haber seguido el desarrollo de los acontecimientos, en Rusia ya hay una versión oficial de los hechos que están aconteciendo: los austríacos y los alemanes están aprovechando el suceso para enfrentarse contra sus pacíficos vecinos serbios. El hecho de que Serbia lleve años afirmando su intención de anexionarse los territorios eslavos del imperio Austro-Húngaro no parece ser suficiente como para desmontar esta versión, que también está ganando adeptos, rápidamente, en LONDRES y PARÍS.
A lo largo del día de hoy el encargado de negocios austríaco en la capital rusa ha tenido una entrevista con Sazonov, el Ministro de Asuntos exteriores del Zar, el cual, ante la idea de que Austria exigiera la ayuda serbia para la investigación del asesinato dentro de dicho país, ha contestado que ello crearía una impresión muy mala en Rusia, y que era mejor que los austríacos abandonaran esta idea si no querían meterse por un camino muy peligroso. Es la primera vez que una tercera potencia emite una amenaza clara contra uno de los implicados.
LONDRES
Mientras tanto, Sir Edward Grey, Ministro de Asuntos Exteriores de su Majestad Británica, empieza a interesarse francamente por dilucidar si los serbios son, efectivamente, culpables, pues considera que la opinión pública británica no aceptará que la Entente entre a apoyar a una nación agresora.
Por la tarde son convocados el General Conrad, Jefe de Estado Mayor de Ejército, y el Almirante Karl Kailer, representante de la marina.
Conrad explica que es posible iniciar la movilización aplicando el plan B (solo en los Balcanes), pero que una eventual intervención de Rusia lo trastocaría todo y obligaría a redirigir el grueso de las tropas en proceso de movilización hacia el noreste. También comunica que existe un problema con los permisos de verano (que se otorgaban a los hijos de familias campesinas reclutados para el ejército, a fin de que fueran a ayudar en la cosecha), porque muchos han partido ya y no estarán de vuelta hasta el día 25. No obstante, indica, el ejército está listo.
El éxito de la misión de Alexaner Hoyos ha asegurado a Austria-Hungría el apoyo alemán, sin embargo, la reunión del Consejo Ministerial Conjunto es tormentosa.
VIENA
El Conde Berchtold empieza recordando a sus colegas que la provincia de Bosnia Hercegovina solo podrá ser definitivamente estabilizada si se acaba con la amenaza que supone Belgrado; y que los irredentismos sud-eslavos y rumanos, patrocinados por Rusia, se vendrán arriba si no se actúa con energía en esta crisis.
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