Unidades a menudo olvidadas de entre las que participaron en Normandía, los Cuerpos de Ejército antiaéreos tuvieron sin embargo su importancia, que queremos rescatar en la entrada de hoy. Conocemos en parte esta unidad concreta, el III Flak Korps, gracias al informe escrito para los aliados por el general Wolgang Pickert, quien lo dirigió, durante los dos años en que estuvo en cautividad después de la guerra. Hay que adelantar que, por diversos motivos, su texto no es del todo preciso. Pickert escribió bajo la enorme preocupación que le suponía el largo tiempo de cautiverio mientras su familia pasaba terribles penurias en Alemania; y además redactó su texto de memoria, sin tener acceso a los registros oficiales de la unidad. Sin embargo, parte de la información que contiene es interesante. Aquí resumiremos algunas cuestiones importantes.
Para empezar, la misión. El III Flak Korps, desplegado en Normandía antes del desembarco es, por la naturaleza de su misión antiaérea, una fuerza estática repartida por los puntos a defender de los bombardeos. Sin embargo, su cometido principal debería ser otro, apoyar a las tropas de tierra en un eventual combate contra las tropas aliadas desembarcadas, por lo que está completamente motorizado, ya que se supone que debe ser capaz de concentrar o bien sus regimientos individualmente, o bien toda su fuerza, en un punto concreto del campo de batalla.