El 30 de junio de 1634, el Cardenal Infante, nuevo Gobernador de los Países Bajos, parte de Milán con su ejército hacia la lejana Bruselas. Le acompañan 10.000 infantes encuadrados en seis tercios y un regimiento, y 2.000 jinetes agrupados en 23 compañías. Tras cruzar los Alpes, el 4 de agosto llega a Munich, donde se le unen los restos del ejército del difunto Duque de Feria, que había llevado a cabo durante el invierno la campaña de Alsacia, en total unos 6.000 infantes y 1.000 jinetes.
Tras cruzar el Danubio, el 2 de septiembre llegan a las cercanías de Nordllingen, sitiada ya por las tropas imperiales. Se reunirán allí tres ejércitos católicos: el español, el imperial y el de la Liga Católica., en total unos 35.000 hombres, suficientes a primera vista para enfrentarse a las tropas de Horn y Weimar. El mando efectivo del ejército español lo ostentaba el marqués de Leganés, y el imperial corría a cargo de Matías Gallas.
El campo de batalla iba desde la ciudad sitiada hasta una colina que por su altura dominaba todos los alrededores: el Albuch. Una segunda prominencia más baja, la colina de Heselberg, estaba a un kilómetro del Albuch y tenía un bosquecillo en su falda. Durante la tarde del 5 de septiembre las tropas