Antes de centrarnos en el resultado final de los diversos programas de construcciones que definieron el estado de la Kriegsmarine en septiembre de 1939, es necesario volver a uno de los leitmotivs de esta historia, la adjudicación de recursos. A pesar de los acuerdos logrados con Göering, la extraordinaria adjudicación de recursos que Hitler otorgó a la marina en la directiva del 27 de enero de 1939 fue disputada por los demás servicios, que se sintieron discriminados, sobre todo teniendo en cuenta que sufrían sus propias presiones para cumplir con cifras de producción que no podían alcanzar.
El primero en actuar fue el jefe de la Luftwaffe y director del Plan Quinquenal, Hermann Göring, quien fracasó, el segundo fue el general Thomas, director del plan de economía de guerra, en mayo de 1939, con el mismo resultado. Algo más de éxito tuvo el general Keitel, a finales de junio, cuando convenció al dictador para que al menos se comprometiera a estudiar los posibles resultados negativos de su decisión. A finales de agosto, Göring y Thomas lo intentaron de nuevo, consiguiendo que la Luftwaffe obtuviera, al menos, la misma asignación de recursos que la marina, lo que debilitó la posición de esta.