Después de lo acontecido en Gergovia se reunieron, en Bibracte, los líderes galos rebeldes. Celtas y belgas se les unieron. Allí Vercingétorix, les pidió jinetes de refuerzo a las tribus.
Además solicitó a los eduos que atacasen la Galia Transalpina. La idea era provocar rebeliones entre las tribus de la provincia romana, especialmente los alóbroges. César fue a reagruparse con Labieno, que estaba realizando algunas campañas por su cuenta en el norte. Juntos sumaban 10 legiones, poco menos de 40.000 hombres. También recibió refuerzos de jinetes germanos, a quienes les cambió el pony por caballos propios más grandes. Se dirigió entonces hacia las tierras de los sécuanos y de los lingones.