Desde hace unos años, la presencia de contratistas privados en escenarios bélicos como Irak o Afganistán se ha convertido en una imagen de lo más frecuente.
Lansquenetes alemanes, obra de Peter Dennis.
Parece que la antigua profesión de mercenario ha vuelto con fuerza a la vida en pleno siglo XXI, generando un mercado global en el que se mueven ingentes cantidades de dinero. Este nuevo escenario está conformado por numerosas empresas privadas que ofrecen sus servicios de seguridad al mejor postor, adaptando sus misiones y actividades en función de la demanda del mercado. La demanda cada vez mayor a nivel mundial de las actividades de este tipo de empresas nos lleva a plantearnos si podría llegar a darse en España un uso tan intensivo de estas compañías como el que realizan otros países.