El rey Harold había salido airoso de la batalla de Stamford Bridge, los noruegos habían sido destruidos y sus restos habían embarcado de nuevo rumbo al norte.
Harold también tuvo pérdidas de importancia, lo que tendría serias consecuencias de cara al enfrentamiento que se avecinaba con Guillermo. Éste ultimaba preparativos para navegar a las islas. Sus fuerzas ya estaban listas a primeros de agosto, pero por alguna razón no zarpó. Y luego a mediados de septiembre no pudo debido a los vientos contrarios de la mar. El 27 de septiembre finalmente roló el viento al sur y la flota zarpó, desembarcando al día siguiente en Penvensey.
Guillermo dirigió su ejército hacia Hastings, donde comenzaba la calzada que llevaba a Londres. Por el camino saqueó y devastó todo lo que encontró a su paso, con la intención de atraer a Harold a la batalla. El rey inglés se encontraba en York el 1 de octubre, celebrando su victoria, cuando se enteró de la llegada de Guillermo. Sin un minuto que perder se dirigió al sur, deteniéndose brevemente en Londres para sumar más hombres a su ejército. Además ordenó que 70 barcos se desplegaran para evitar que los navíos de Guillermo escaparan.
No cabe duda de que hubiera sido mejor para Harold quedarse más tiempo en Londres para aumentar el tamaño de su ejército, pero era de naturaleza impulsiva y tenía una mentalidad agresiva. Abandonó Londres el 11 de octubre para cubrir las 60 millas que lo separaban de Hastings, probablemente con la esperanza de sorprender a Guillermo con un ataque nocturno. Sin embargo llegó, demasiado tarde, el 13 de octubre. Así que dejó que sus hombres se tomaran un descanso.
Los dos ejércitos se encontraban a unas siete millas de distancia cuando Harold sentó el campamento. Nada más enterarse de la presencia de Harold, Guillermo decidió atacar primero. El normando arremetió contra las fuerzas sajonas al amanecer del 14 de octubre. Aunque Guillermo disfrutaba de una ligera superioridad numérica, cada bando debía tener alrededor de 6.000 hombres.
Las fuerzas profesionales de Harld formaron un escudo defensivo y mantuvieron el terreno elevado, pero Harold apenas tenía arqueros y carecía de caballería, mientras que Guillermo disfrutaba de una fuerza mixta de caballería, infantería y arqueros. Tras un primer choque a las nueve de la mañana, el ala izquierda bretona de Guillermo comenzó a retirarse en confusión, al tiempo que se propagaba el rumor de que Guillermo había muerto.
Y podría no haber estado mal fundado, ya que el duque normando había perdido ya tres caballos en la refriega. No obstante acudió rápido a mostrarse, reagrupó a sus hombres y se revolvió contra los pocos anglosajones que habían abandonado las posiciones defensivas del terreno elevado para iniciar la persecución.
Al tiempo que los segaba, ordenó a sus arqueros que dispararan sobre los sajones con un ángulo pronunciado, y luego se preparó para dar una última carga. Harold recibió un flechazo en el ojo, probablemente de esta primera salva. En cualquier caso, la caballería y la infantería normanda lograron romper la posición defensiva anglosajona. El rey inglés fue muerto luchando junto a su estandarte.
Los ingleses comenzaron a huir, perseguidos por los normandos. La muerte de Harold había hecho de la batalla un hecho decisivo. Guillermo avanzó cautelosamente hacia Londres, devastándolo todo a su paso. La muerte del rey Harold y de sus hermanos en la batalla había creado un vacío en las instituciones inglesas y a mediados de diciembre la mayoría de los nobles anglosajones se entregaron a Guillermo, que fue formalmente coronado rey de Inglaterra el día de Navidad de 1066.
Desde ese día pasaría a ser conocido en la Historia como Guillermo el Conquistador. Durante los tres años siguientes, Guillermo se dedicaría a someter rebeliones y a la devastación de las tierras rebeladas. Sin embargo, creó también la nación inglesa y un efectivo sistema estatal centrado en el rey que sería enormemente ventajoso en los siglos venideros.
La victoria de Guillermo acabó también con una larga relación de los anglosajones con Escandinavia y reforzó los lazos de una Inglaterra normanda con Francia, que tendría enormes consecuencias para ambas naciones en los siglos siguientes.
Viene de Guillermo el Conquistador y la Batalla de Hastings (1066) – Parte I
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