Les llamaban carreteras y como tales venían reflejadas en los mapas alemanes de operaciones de Barbarroja en 1941. La sorpresa fue mayúscula.
Durante el verano las densas nubes de polvo, sumadas a la precariedad logística alemana, sobre todo de lubricante, dispararon las tasas de averías de vehículos alemanes. Con las primeras lluvias a comienzos de septiembre, aquellos caminos se convirtieron en lodazales inmensos e intransitables. Su efecto fue devastador para la blitzkrieg alemana. Era la Rasputitsa o la estación del barro, de la que hacemos un album fotográfico para nuestra sección de imágenes.
Cadenas en las ruedas contra el barro
Un lodazal infinito
Algunos Hiwis y civiles tratando de sacar dos camiones.
La escasez de combustible, pero también el aceite dispararon las tasas de averías en el verano de 1941. Con las primeras lluvias la cosa se complicó más aún.
Las cabezas tractoras, que se supone que debían estar remolcando las piezas de artillería, tuvieron que convertirse en equipos de rescate de cualquier tráfico rodado.
La «tierra negra» de Ucrania de la que hablaba Rundstedt en septiembre de 1914. Diez minutos de lluvia podían convertir las vías de comunicación en auténticas ciénagas.
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Se volvío a ver en la guerra de Ucrania, y eso que se supone que tanto las vias de comunicación como los medios han mejorado mucho………