Desde lo que quedaba de las murallas de la recién conquistada fortificación se comenzó a cañonear al fuerte contiguo situado en una posición de menor altitud.
Aunque hubo una gran resistencia esta fue inútil, Jonhn Campbell izó la bandera blanca viendo que no tenían ya posibilidad, al tener los españoles la posición superior los fuertes caerían de forma escalonada, uno a uno. Al día siguiente Pensacola capituló, rindiendo toda la Florida occidental.
La conquista se supo rápidamente por todo el imperio español, las campanas repicaron en Nueva Orleáns, La Habana, México, Madrid y por supuesto en las colonias rebeldes, que por fin pudieron combatir sin miedo a ser atacadas por dos frentes. La toma de Pensacola fue decisiva para futuras victorias como la de Yorktown y finalmente la capitulación de los británicos en las colonias. A Inglaterra, que también perdió las Bahamas, sólo le quedaba la isla de Jamaica en el golfo de México, pero pronto empezaron a temer también por ella ya que don Bernardo organizó velozmente una operación para tomarla.